Antihistamínicos

Antihistamínicos veterinarios

Los antihistamínicos son medicamentos que reducen los síntomas de alergias causadas por la liberación de una sustancia llamada histamina. El factor causante de la alergia, por ejemplo el polen de las plantas, se une a los anticuerpos y provoca la liberación de histamina en unas células llamadas mastocitos. A partir de ahí comienzan los desagradables síntomas de la alergia.

Uso

Los antihistamínicos se usan para tratar alergias que producen rinitis, conjuntivitis, dermatitis, urticarias, náuseas, diarrea, etc. Pueden administrarse por vía tópica (piel, nariz y ojos) o sistémica (por vía oral o inyecciones).

Efectos secundarios

Como todos los medicamentos, los antihistamínicos también pueden producir algunos efectos secundarios indeseables, siendo el más común en este caso la sedación (deseos de dormir).

La histamina es una amina primaria derivada del imidazol. Es una amina biógena que se encuentra ampliamente distribuida en las mucosas del tracto gastrointestinal y respiratorio, así como en la piel.

En forma arbitraria los «antihistamínicos» han sido clasificados clínicamente de acuerdo a la capacidad depresora del SNC en:

A) Clásicos o de Primera Generación.

B) No Sedantes o de Segunda Generación.

Los antihistamínicos-H1 se usan en el tratamiento de las enfermedades alérgicas provocadas por la histamina, entre las que se pueden citar:

  • rinitis alérgica
  • conjuntivitis alérgica
  • enfermedades dermatológicas alérgicas (dermatitis de contacto)
  • urticaria
  • angioedema
  • diarrea
  • prurito (dermatitis atópica, picaduras de insectos)
  • anafilaxis (sólo como tratamiento adicional)
  • náuseas y vómitos (antihistamínicos-H1 de primera generación)
  • sedación (H1 de primera generación).

El antihistamínico puede administrarse por vía tópica (a través de la piel, la nariz o los ojos) o por vía sistémica (por ingestión o inyecciones), según sea la naturaleza de la afección alérgica.

Diversos autores afirman que, para la tos y congestión nasal asociadas con el resfriado común, los descongestionantes antihistamínicos de primera generación son más efectivos que los más modernos (no sedantes). Entre estos antihistamínicos están la difenhidramina (Benadryl), la carbinoxamina (Clistin), la clemastina (Tavist), la clorfeniramina (Chlor-Trimeton) y la bromfeniramina (Dimetane). Sin embargo, existen dudas de que realmente sea conveniente tomar estas sustancias sólo por un resfriado.

Antihistamínicos clásicos o de primera generación

Los antihistamínicos de primera generación son los más antiguos, relativamente baratos y muy extendidos. Aunque son efectivos para aliviar los síntomas de la alergia, también son agentes antagonistas del receptor de la acetilcolina (anticolinérgicos). Generalmente también actúan sobre los receptores α-adrenérgicos y/o los receptores de serotonina. Esta carencia de selectividad por el receptor es la base del pobre perfil de tolerancia de algunos de estos productos, especialmente si se les compara con la segunda generación de antihistamínicos-H1. La respuesta de los pacientes y las reacciones adversas varían dependiendo de la clase de antihistamínico.

 Interacciones

Como las interacciones con alcohol, barbitúricos, antidepresivos tricíclicos, inhibidores de la MAO, atropina, amantadina, fcnotiacinas y otros depresores del SNC son frecuentes, sui indicación debe ser bajo supervisión médica.

Principales Efectos tóxicos

Sedación, ataxia, si se administran vía oral pueden ocasionar anorexia, náusea, vómito, constipación y diarrea. Los antihistamínicos derivados de la piperacina (ciclina, meclicina, clorociclina) pueden tener efectos teratogénicos, deben usarse con precaución en animales gestantes. Algunos aplicados tópicamente pudieran producir dermatitis alérgica.

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